Asasif, 13 de Diciembre 2009
Hoy no ha sido un maravilloso día en la necrópolis tebana.
A las 6,30 de la mañana, mientras estábamos desayunando, una llamada de teléfono nos ha informado de la trágica muerte de Susan Weeks.
Se dice que detrás de un gran hombre hay una impresionante mujer. Esa era Susan, la esposa y compañera que tuvo Kent.
Conocí al Dr. Kent en 1.995 cuando le invitamos a dar una conferencia a Madrid. Por aquel entonces, estaba reciente el descubrimiento de la KV5, la tumba de los hijos de Ramses II. Tras la conferencia habíamos preparado una serie de actos como visitar el Prado, Toledo..., pero el Dr. Weeks que resulto ser un tipo muy sencillo, solo quería pasear por las calles de Madrid, mezclarse entre sus gentes, cosas sencillas. Solo tenía un capricho: comprar algo para su esposa Susan.
Resultaba que hacía 25 años, habían pasado parte de su luna de miel en Madrid y sus calles - según me dijo -, y eso le traía grandes recuerdos. Susan le había pedido que le llevase de nuestro viejo Madrid, una cosa que había comido y que le había encantado: se trataba de jamón.
Así que me llevé al Dr. Weeks de compras a un céntrico mercado madrileño donde compró una paletilla de jamón ibérico.
Meses más tarde visité a los Weeks en el Valle de los Reyes y me enseñaron personalmente la KV5. Lo recuerdo como si fuese ahora. El Dr. Weeks me presentó como la joven que le había acompañado a comprar el jamón... Ella me confesó que estaba buenísimo, mejor de lo que recordaba y que lo cortaban muy fino, como si fuese "perfume".
Desde entonces los visitaba asiduamente en el Valle o en el Hotel donde se quedaban hasta que compraron la Dahabiya en la que vivían en la actualidad.
Siempre recordaré a Susan , dibujando, con su cálida y amable sonrisa.